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RESUMEN:
Gonzalo, un chico de 14 años con síndrome de Down, se muestra satisfecho por la decisión de la Federación de permitirle seguir jugando al baloncesto a pesar de hacerlo en una categoría inferior
Noticia
Gonzalo seguirá jugando gracias a la movilización ciudadana
Gonzalo, un chico de 14 años con síndrome de Down, se muestra satisfecho por la decisión de la Federación de permitirle seguir jugando al baloncesto a pesar de hacerlo en una categoría inferior.
Su caso es un buen ejemplo de cómo la perseverancia y la fe en unos principios fundamentales de la vida acaban por imponerse a los trámites y la rigidez administrativa.
Problemas con la Federación
Gonzalo vive en la localidad murciana de Moratalla. Es un gran aficionado al baloncesto, y practica desde hace cuatro años este deporte en el Club Baloncesto Rayo Moratalla. Al inicio de esta temporada por su edad le tocaba pasar de la categoría infantil a cadete. El problema surge cuando, debido a su discapacidad, no puede hacer el cambio, ya que estaría en desigualdad de condiciones físicas con los chicos de su edad. Por otro lado, por cuestiones burocráticas la Federación Regional de Baloncesto le impedía continuar jugando en la categoría infantil, más adecuada para su desarrollo físico y motriz.
Su entrenador en infantil, José Antonio García, fue de los primeros en solicitar a la Federación que permitieran a Gonzalo seguir jugando con ellos. Al enterarse de la situación, el resto de clubes de la categoría aceptaron por unanimidad la idea. Incluso su propio club, instado por los jugadores, pidió que se le dieran por perdidos los partidos por alineación indebida siempre y cuando jugase Gonzalo, pese a la negativa de la Federación.
Movilización social
Cuando la historia se empezó a conocer en Moratalla, la movilización social llevó a concentrarse a cientos de personas ante el ayuntamiento de la localidad. Incluso representantes de grupos políticos del consistorio se sumaron a la voz que instaba a la Federación a que reconsiderara su decisión.
Instituciones, asociaciones y padres de niños con síndrome de Down tampoco dudaron en enviar cartas a la Federación, solicitando la modificación puntual del reglamento. “Quiero pensar que hay algún detalle muy significante que no ha trascendido y que de momento no se conoce. De lo contrario no puedo explicarme cómo pueden ustedes añadir una dificultad tan fácilmente evitable a alguien cuya vida y la de su familia ya está llena de muchos otros retos”, denunciaba una de estas cartas.
La insistencia y la confianza acabaron dando frutos: la Federación recapacitó y permitió a Gonzalo seguir federado. El domingo pasado, 5 de febrero, Gonzalo volvió a jugar un partido, volviendo a disfrutar del baloncesto junto a sus compañeros.